GARRO

GARRO «lugar de la llama»

Don Francisco Antonio de Garro y Alarcón fue ricohombre de Navarra, conde de Javier y Vizconde de Zolina. Su hija, doña María Isabel de Garro contrajo matrimonio con don Juan Antonio de Idiáquez, duque de Granada de Ega, a cuyo título y casa ducal quedaron vinculados en lo sucesivo los citados de Javier y Zolina.

El título de conde de Javier fue creado por Felipe IV en 1625 en la persona de don Juan Aznárez de Sada. El de Vizconde de Zolina estuvo vinculado al linaje de los Garro desde su creación. La real merced le fue otorgada por Carlos I de España en 1518 a don Leonel de Garro.

El linaje era más antiguo y procedía del vizcondado de Labort, al otro lado de los Pirineos.

El escudo es de plata y una cruz llana de gules

(rojo), cantonada de cuatro lobos pasantes de sable (negro), armados y linguados de gules.

Así aparece reproducido en el Libro de Armería del Reino, recientemente editado por el Gobierno de Navarra, con estudio y anotaciones de Faustino Menéndez-Pidal y del autor de esta sección. Y así lo usaba ya con la diferencia de una pequeña brisura- el caballero Miguel de Garro en un sello del año 1359.

El escudo, tallado en piedra, se puede ver todavía en el sepulcro gótico de mosén Leonel de Garro, que vivió en la primera mitad del siglo XV y fue escudero del rey don Carlos III el Noble de Navarra.

Otros de este mismo apellido, aunque de distinta filiación, Juan de Garro y Sururtia, vecino de San Martín de Unx, y su hermano Juan, vecino de Beire, ganaron sentencia de hidalguía ante el tribunal de la Real Corte Mayor de Navarra el año 1557, alegando descender de la casa llamada de Iruin, sita en la parroquia de Mendiondo, en la tierra de Labort, en Francia. Curiosamente, fue su padre quien les cambió su anterior apellido por el de Garro, entendiendo que entrañaba mayor nobleza.