Oria

El origen de este linaje es absolutamente guipuzcoano, según afirma Alfredo Basanta. Y en el “Nobiliario de Armas y Apellidos de Gipuzkoa”, que se halla en la Biblioteca Nacional de Madrid, se dice: “La casa solariega del apellido Oria, que está situada en la villa de Idiazabal, de la provincia de Gipuzkoa, es infanzonada, y, como tal, no reconoce superioridad a otra alguna de este linaje y apellido, porque encierra en sí cuantos requisitos y adminículos, proezas, lauros y ventajosos aplausos de calidad, nobleza y limpieza se pueden atribuir a cuantos hay así en la provincia de Bizkaia, como las de todo el orbe.”

De ese primitivo solar de la villa de Idiazabal irradiaron los de este apellido, creando nuevos solares en Zerain, del partido de Azpeitia, y en Legazpia, del de Bergara. Uno de la casa de Cerain paso después al lugar de Zalduendo, Tierra de Aiala, en Araba. Se llamo Andrés de Oria y había nacido en Zerain el 28 de Noviembre de 1747. Caso con Juliana Sáenz de Asteasu, y al avecindarse en Zalduendo probo su nobleza, obteniendo sentencia confirmatoria en la Chancillería de Valladolid el 9 de Junio de 1785.

También de la citada casa de Zerain procedió José de Oria, vecino de la ciudad de México, que en 1755 probo su nobleza como Familiar del Santo Oficio de esta ciudad.

Otra casa hubo en la villa de Legorreta, del partido judicial de Tolosa. Pasaron a Espinosa de los Monteros (Burgos) y a Genova.

Juan Carlos de Guerra manifiesta que este linaje es antiquísimo en Gipuzkoa y que de él se derivó el de Arriaran, de Cabo de Armería y Pariente Mayor del bando oñacino, en la Alcaldia de Areria.

Lope García de Oria era Señor de Arriaran en y fue progenitor de los Arriaran que ostentaron 1309, sirvió al Rey don Femando IV de Castilla el titulo de Condes de Villafranca de Gaytan.

 

ARMAS

El de la casa de Idiazabal: De oro, con un árbol de sinople, y un jabalí de su color natural, atravesado al tronco. En punta, ondas de agua de azur y plata.

La casa de la villa de Legorreta: Cortado: lº, de azur, con dos águilas de oro, y 2º, de plata, con un lobo andante, de sable, lampasado de gules.

Otros: Cortado: lº, en azur, dos estrellas de oro, desplegadas de alas y contramirándose; 2º, en plata, un lobo andante, de sable, linguado de gules.

Otros: De gules; jefe de oro, con tres arboles de sinople, puestos en faja.

Otros: En campo de azur, y sobre ondas de agua de azur y plata, un puente de tres ojos.

Otros; En plata, un roble de sinople, con un lobo alzado a su copa.

Otros Horia: En gules, tres torres, de oro, puestas en faja. Bordura de plata, con ocho aspas de gules.

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ORIA.-1. En Idiazabal, con ramas en Zerain, Legazpia, Legorreta, Isaso

Ikorra Segura y Aia (todo en Gipuzkoa). Una rama de Zerain pasó a Zalduendo

(tierra de Aiala, en Araba). Según Juan Carlos de Guerra, es linaje antiquísimo en Gipuzkoa, del cual se derivó el de Arriaran, cabo de armería y Pariente Mayor del bando oñazino, en la Alcaldía de Arería.

2. Derivado de Ori, con el artículo -a. 3. En Eskoriatza (1723). Ormaiztegi (1727), Valladolid (1785 y en otras muchas ocasiones). Caballero de Santiago en 1688. Lope García de Oria, Señor de Arriaran en 1309; vecino de Legazpia en 1384; ferrón de la misma en 1407; regidor de la misma en 1475.

4. El primitivo, de la casa de Idiazabal: en oro, un árbol de sinople, y un jabalí, de su color natural, atravesado al tronco; en punta, ondas de agua de azur y plata.

La casa de Legorreta: Cortado: 1.º, en azur, dos águilas de oro; 2.°, en plata, un lobo andante, de sable, lampasado de gules; Cadenas y Vicent describe así este escudo: Cortado: 1.º, en azur, dos estrellas de oro, desplegadas de alas y contramirándose; 2.°, en plata, un lobo andante, de sable, linguado de gules. Ver también Horia.

Otros Oria: de gules; jefe de oro, con tres árboles de sinople, puestos en faja. Otros: en azur, y sobre ondas de agua de azur y plata, un puente de tres ojos.

 

Otros: en plata, un roble de sinople, con un lobo alzado a su copa.

 

DICCIONARIO  ONOMÁSTICO Y HERÁLDICO VASCO.

Por Jaime de Querexeta

Tomo: IV   Pág. 9